Tiene algo que ver: “¿verdad
y espiritualidad?”. Hablar de verdad y espiritualidad es supremamente complejo,
en este ensayo se tratará de relacionar estos dos conceptos a fin de tener una
mejor comprensión y luces al respecto; para ello, se citarán definiciones de
ambos términos y luego se analizará cómo
se relacionan entre si estos dos
conceptos.
Es un hecho que la ciencia genera múltiple conocimiento
y eso es un hecho innegable, la ciencia busca la verdad y para mí la verdad es
una descripción de la realidad independiente del observador, pero a lo largo de
la explicación de Pensamiento Científico he podido constatar que estoy muy
alejado del verdadero concepto de la verdad en tanto la primera afirmación que
se plantea es que una definición cercana viene de lo opuesto a la mentira y que
a su vez la mentira no es tan sencilla de conceptualizar dado que depende de un
contexto.[1]
Hablar de “La verdad” es una cuestión compleja ya que ésta
no es absoluta, se necesita ubicar en un espacio lo que se quiere analizar para
saber si es verdadero o falso. Cada contexto es diferente y depende de la sociedad,
cultura y conocimiento en la que se
desenvuelve un tema específico.
Este concepto lo reafirma William James cuando expresa “La
verdad 'absoluta', la verdad que ninguna experiencia vendrá a alterar jamás, es
ese punto ideal, siempre remoto, hacia el cual imaginamos que todas nuestras
verdades convergerán algún día”[2]
La máxima expresión de su
definición es de una ¡verdad relativa! ya que para llegar a decidir quién tiene
la razón en cuanto a la verdad, es imposible porque son muchas las verdades existentes
en la sociedad: verdades políticas, sociales, culturales, económicas, religiosas
y espirituales, entre otras.
Se Analizará ahora, lo que a
espiritualidad se refiere; se trae a colación la siguiente definición tomada de
Pietro Grieco:
La
espiritualidad es la expresión de la esencia del ser. Esta esencia es la
sustancia de la vida y se manifiesta en energía, cualidades y valores.
Valores
como la dignidad, la verdad, el coraje, la justicia, y la paz.
Energía
como fortaleza vital, mental, física, dinámica, equilibrio y dominio propio.
Cualidades como la belleza, la bondad, la honradez, y la compasión.
La
espiritualidad salva de caer, sufrir o morir. Es la fuerza que nos resucita con
amor cada día. La espiritualidad es lo que da sentido a nuestra existencia y
significado a nuestro camino. Normalmente se suele definir a lo espiritual como
lo opuesto a la materia o lo material, o como aquello que no tiene contacto con
lo corporal…[3]
En este caso la
espiritualidad es un tema que depende de la óptica con que se mire, de los
intereses que se muevan en el contexto, del lenguaje que se utilice para
definirla como verdad; así se explica en una definición dada en la monografía
del personal directivo de Shalem:
En
muchas tradiciones, la palabra “espíritu” se refiere a fuerza de vida, la
energía básica del ser. En términos simbólicos, el espíritu es el aliento de la
vida. El hebreo ruah, el griego pneuma, el latín spiritus y el sánscrito prajna
todos significan tanto “aliento” como
“espíritu”. Tradicionalmente, esta fuerza de vida se ve manifestada en nuestro
amor; en las pasiones e inspiraciones que nos motivan y nos conectan con el mundo
y unos a otros.
Según
esta visión, la espiritualidad tiene que ver con las fuerzas fundamentales que impulsan
nuestras vidas, nuestros amores, pasiones y preocupaciones más profundos.
Es
la fuente de nuestro sentido de significado y de nuestra voluntad de vivir, el
origen de nuestros deseos, valores y sueños más profundos. La espiritualidad es
entonces, no una cosa aparte de nuestras vidas sino que es la fuente de energía
fundamental que alimenta todas nuestras emociones, relaciones, trabajo y todo
lo demás que consideramos significativo[4]
Para enfocar la
espiritualidad con el concepto de la verdad, se debe contemplar un conjunto de
visiones para explicarla; para algunos la espiritualidad se refiere a la
“fuerza de la vida, a la energía básica del ser, el aliento de la vida” y para
otros “es algo natural, que se expresa de muchas maneras”, la cual está inserta
en cada ser y la refleja en donde se desenvuelva, en el trabajo, en la
comunidad en la familia, en todos los compromisos y creatividad.
Teniendo en cuenta la
espiritualidad en el campo religioso y filosófico toma otra concepción y
etimología ya que depende de una verdad cultural en donde los intereses están
ligados a una serie de creencias con las cuales se identifican un gran número
de seguidores. La verdad empieza a ser abstracta ya que se fundamenta en
diferentes bases ideológicas, deidades, dogmas que las hacen válidas y
verdaderas como se observa en el documento “La verdad como acontecimiento”:
El concepto
de "verdad" siempre ha sido indagado por la filosofía, pero, ¿qué es,
pues, la verdad para los cristianos? ¿Es un acontecimiento [como se aprecia en
el Nuevo Testamento] o un principio de razón [como lo pensó la filosofía
moderna]? De la Potterie encuentra en Luigi Giussani estas palabras
iluminadoras: «La categoría de acontecimiento es, pues, capital para definir qué es
el cristianismo (el cristianismo se reduce totalmente a esta categoría): el
cristianismo es un acontecimiento».
En efecto, para el cristianismo, la pregunta ya no es "¿qué es la
verdad?" sino "¿Quién es la verdad?". De esto se derivan
cuestiones prácticas, pues si se deja de
percibir el cristianismo como acontecimiento,
se cae en lo que Juan Pablo I explicó: «El verdadero drama de la Iglesia a la
que le gusta llamarse moderna [el verdadero drama de los cristianos que quieren
ser modernos] es el intento de corregir el estupor del acontecimiento de Cristo
con reglas». Este es el punto: la eterna tentación es la de reducir el
cristianismo a una ética, un código de reglas, una doctrina (esto es, algo
racionalista). Pero no es ni una ni otra cosa: es un acontecimiento histórico.[5]
Entonces se puede ver como
la verdad específica de filosofías y religiones sobre la concepción de la vida
y su espiritualidad depende de las
creencias y bases que hayan
adquirido en ese contexto donde se
desenvuelven, por lo tanto, cada cultura, cada religión maneja su propia VERDAD sobre la ESPIRITUALIDAD.
Retomemos aquí en forma
general la verdad específica de filosofías y religiones como el Budismo, el
Judaísmo, el Hinduismo, el Cristianismo, Islamismo; la concepción de la vida y
la forma de actuar de cada individuo depende de las creencias y bases que haya adquirido en ese contexto donde interactúan.
La cultura de cada sociedad
responde a una verdad abstracta que
para muchos es la única verdad que cuenta para definir acciones, así en otro
contexto no sean aceptadas o estén en contraposición a sus formas de vida.
[1] GERSHENSON, Carlos. Ensayo sobre la verdad [ en línea ] http://blog.pucp.edu.pe/item/182610/ensayo-qu-es-la-verdad-y-c-mo-entenderla
[3]Pietro Grieco © 2010 [ en línea ] http://dinastiadescargas.bligoo.cl/media/users/22/1128337/files/369361/Concepto_de_Espiritualidad.pdf
[4] UNA MONOGRAFÍA DEL
PERSONAL DIRECTIVO DE SHALEM. ¿Qué es la espiritualidad contemplativa? [
en línea ] http://www.shalem.org/files/publications/staffmonograph_spanish.pdf
[5] Ignace
de la Potterie [
en línea ] http://www.mercaba.org/ARTICULOS/V/la_verdad_como_acontecimiento.htm
[6] OP.
CIT. Pág. 1
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Hace alusión a la óptica que tiene cada quien de lo que piensa |
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Diferentes ópticas espirituales |
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